Aunque los niños viven un poco al margen de los problemas económicos de los padres, creo que es muy importante concienciarlos desde pequeños, que el dinero no crece en los árboles y que cuesta mucho esfuerzo y trabajo ganarlo. Es verdad, que la crisis económica, nos va a ayudar a crear una generación de niños más responsables y conscientes, que los nacidos en los años 90 y que han recibido toda clase de caprichos y ahora, cualquier los baja del carro de la opulencia. Pienso que crear buenos hábitos y recomendaciones ya desde pequeños, les servirá mucho de mayores, puesto que en la escuela apenas se incluyen contenidos económicos.
Aunque yo no soy muy partidaria de establecer por norma una paga mensual o semanal, porque parece que les creas un derecho y a veces no siempre se puede dar dinero, sí es bueno que aprendan a gestionar su dinero, igual que sus padres tienen que hacerlo con su sueldo, con el que tienen que afrontar todas las facturas del hogar: luz, agua, comunidad de vecinos, hipoteca, actividades extraescolares, comida y gastos imprevistos: el coche, que se te rompa la lavadora....Es conveniente que los niños se den cuenta de que el dinero es limitado y que es importante decidir en qué se va a emplear, planificar el gasto, porque si eligen gastarlo en una cosa, están renunciando a emplearlo de otra forma. Por lo que tienen que pensar muy bien, en qué gastarlo y aprovecharlo adecuadamente, porque no se sabe cuándo se podrá volver a disponer de dinero.
También explicarles que el dinero es limitado y que si no planificamos bien, nos quedamos sin él, y no llegamos a fin de mes. Yo me acuerdo cuando mi hija mayor era más pequeña y le decía que ya no disponía de más dinero y me decía, ni corta ni perezosa, pues ve al banco y sacas más...No sabía ella por cierto, que si no hay de dónde sacar, no me lo puedo fabricar yo.... Y como los niños siempre nos imitan, yo controlo todos los gastos por ínfimos que sean y los apunto en mi agenda. Y que no hay por qué gastar el dinero todo de golpe, porque si tenemos un pequeño colchón para imprevistos, luego podemos gastarlo en algo que nos guste o realmente nos haga falta, no comprar por comprar. Estas Navidades, por ejemplo, le regalaron a la mayor una tarjeta Lefties con dinero para comprar ropa y su afán era fundirlo todo de una vez. Y ya parece que ha entendido que la tarjeta no caduca, y que puede emplearla cada vez que necesite algo o le guste, así que todavia le queda dinero. Este año, los Reyes les han traído el Monopoly, para familiarizarse mucho más. Me encantó también ese padre italiano que cambia la contraseña de WIFI todos los días, para que si hacen sus tareas, tienen derecho a tenerla y si no, pues no. Esto mismo se puede aplicar al dinero: motivarlos a que si hacen determinadas tareas, serán recompensados económicamente.
Y siempre hay que gastar lo que uno tiene, y no vivir por encima de nuestras posibilidades y diferenciar los gastos necesarios y los superfluos: lo importante es ir vestidos, no llevar unas zapatillas de marca. Yo también hace un tiempo que me bajé del carro de los cumpleaños: poner por norma, 10 € por niño, llueve o truene, me parece una barbaridad y más teniendo muchos hijos y compañeros de clase. Lo importante es disfrutar de un día juntos, compartir experiencias y tener un detalle. Si puedo encontrar un regalo por 6 €, para mí ahorrarme 4€, ya es un mundo. Como moraleja, decir que hay que predicar con el ejemplo, porque si todo el rato les hablamos a nuestros hijos de la importancia del ahorro y no eres capaz de demostrarlo con el tuyo propio, será muy difícil que te crean.