VDLN#25: Antonio Orozco. Estoy hecho de pedacitos de tí y Mi héroe

El mes que viene harán ya dos largos años sin mi madre, atravesando las tinieblas sóla cuando estoy en la oscuridad y recibiendo su luz cuando estoy en lo luminoso. Aprendiendo a fortalecerme y a conocerme en la soledad para ser más capaz de dar y luchar por mi familia. Hace una semana también se fue mi madrina, mi segunda madre y prima hermana suya. Es doloroso despedir a los seres queridos, pero ellos ya están en otra dimensión, descansando en paz y a nuestro alrededor quedan los vivos, que nos necesitan fuertes. La muerte no es mala, siempre te dignifica y te da un fin. Morir es importante para dejar un legado, para poner el broche de oro. Cuando alguien muere se transforma en la gente que ha conocido y sus recuerdos perduran y se multiplican en muchas personas.En la dimensión de los muertos, estos viven gracias a la energía de la memoria. Aquellos a los que estamos olvidando se pasean con siluetas esfumadas, casi transparentes: aparecen en áreas cada vez más lejanas. Los que recordamos, surgen nítidamente, cerca de nosotros. Como dice Albert Espinosa en su libro El mundo amarillo No relaciones la muerte con el dolor, con pérdida. Relaciónala con la vida, con un fin digno. No pienses que desapareces. No tengas miedo a desaparecer. Es algo que tarde o temprano harás.
Antonio Orozco es un músico que me encanta, por sus composiciones y por su  particular voz. En especial la canción Estoy hecha de pedacitos de tí, me recuerda que soy lo que soy, gracias a mis padres, y en especial a mi madre. Tu ser esencial, tu gran fuerza, tu voluntad inquebrantable, tu espíritu de lucha, tu sentido de la justicia, tu desbordante emocionalidad y vida interior rica y plena, tu saber estar, tu altruismo desinteresado, tu gusto, todo eso me ha sido un legado precioso y ha pasado a ser parte de mi ser, por lo que te estoy infinitamente agradecida.



Recuerdo de esos maravillosos años junto a tí la importancia que dabas a hacer el bien, a tener empatía, el cariño que les tenías a las plantas y tu capacidad de hacer revivir hasta la flor más mustia, tu generosidad para repartir cafés y comidas, ser la madre que muchos quisieron tener y no tuvieron, tu sentido moral, tu deseo fundamental de que nos valiéramos por nosotros mismos, de que fuéramos independientes económicamente, tu capacidad para trabajar horas y horas con la aguja y el dedal y tropecientas mil cosas más a tus espaldas, tu corazón lleno de ideales. Estabas enferma y te veía tranquila y en paz. Has dado tanto y has recibido tan poco. Egoistamente no quería despedirme de tu cuerpo físico, pero quería que dejaras de sufrir. Fuiste exactamente la madre que yo necesitaba en la vía del desarrollo espiritual, que me era necesario. La verdad es que sin ti me hubiera perdido por mil recovecos diferentes del camino y ahora quiero decirte que estoy a tu lado, dónde quiera que estés, no me cabe duda que en el cielo más puro, limpio y azul que exista; siento tu aliento en mi nuca todos los días de mi vida y sé que estás feliz. Me has enseñado a despertar en mí esa religiosidad y misticismo natural, a confiar en la voluntad del misterio y te has entregado como una jabata a sus designios. Los milagros existen. Todo esto es un sueño, y el despertar será magnífico. 
Una de las personas que más fuerza y ánimo me transmiten es mi padre, que sin duda, es ahora y por siempre, mi héroe.

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