Este verano se está haciendo muy largo. Mis peques artistas están ávidos por reciclar todo lo que caiga en sus manos para decorarlo. Esta vez le tocó el turno a una botella de cristal. Unos rotuladores específicos para este material y dejar rienda suelta a la imaginación de los niños. Y salen objetos tan fantásticos como éste. ¡El mejor regalo de cumpleaños que podían hacerme! Personalizado y único.
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