Mis hijos construyen casas con todo lo que tienen a mano. Esta vez, le ha tocado el turno a los paraguas de la casa. Dan utilidades nuevas a todos los objetos que hay. Y yo les animo y estimulo a dar rienda suelta a su creatividad, a que desarrollen todo su potencial como individuos, porque la niñez sólo se vive una vez y porque su imaginación desbordante y vivaz lo transforma todo en arte. Ya llegará el día en que no estaré siempre presente en el perímetro de sus vidas diarias. Así, que ¡a jugar y disfrutar de la vida!
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