Un libro fascinante que pone de relieve las contribuciones de 50 mujeres notables a los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, desde el mundo antiguo hasta nuestros días es Mujeres de ciencia, 50 intrépidas pioneras que cambiaron el mundo. Entre las pioneras incluidas en esta obra están figuras tan conocidas como Marie Curie y Jane Goodall y otras no tan conocidas, como Rachel Carson, que ya a comienzos del siglo XX advertía sobre los efectos nocivos de los pesticidas en el medio ambiente y de la creciente contaminación.
Aunque tanto hombres como mujeres tienen la misma sed de conocimiento, las mujeres no siempre han gozado de las mismas oportunidades para investigar en busca de respuestas. En el pasado, las restricciones que tenían en el acceso a la educación eran frecuentes. Era habitual que no se les permitiera publicar artículos científicos. Se esperaba que crecieran exclusivamente para ser buenas esposas y madres mientras sus maridos las mantenían. Mucha gente pensaba que no eran tan inteligentes como los hombres. Las mujeres de este libro tuvieron que luchar contra los estereotipos para poder desarrollar las carreras que deseaban. Rompieron reglas, publicaron bajo seudónimos y trabajaban por el afán de aprender, sin ninguna ayuda. Cuando otros dudaban de sus habilidades, ellas tenían que creer en sí mimas.
Cuando finalmente, las mujeres empezaron a ganarse un mayor acceso a la educación superior, habitualmente se topaban con alguna trampa. A menudo no les daban un espacio en el que trabajar, carecían de financiación y no recibían reconocimiento alguno. No se les permitía entrar en el edificio de la universidad debido a su género. Lise Mitner llevó a cabo sus experimentos de radioquímica en un sótano frío y húmedo. Después de realizar uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la astronomía Cecilia Payne-Gaposchkin recibió muy poco reconocimiento y durante décadas, su género la limitó a trabajar como ayudante técnica. La creatividad, la persistencia y el afán de realizar descubrimientos, fueron las herramientas más poderosas que tuvieron estas mujeres. Muchas mujeres de los campos de la ciencia , la tecnología y la ingeniería no recibieron en su época el reconocimiento que merecían y cayeron en el olvido. Al pensar en la física deberíamos nombrar no sólo a Albert Einstein sino también a la genial matemática Emmy Noether. Todos deberíamos saber que fue Rosalind Franklin, quien descubrió la estructura de doble hélice del ADN, no James Watson y Francis Crick. En cuánto a tecnología informática no sólo elogiar los avances hallados por Steve Jobs o Bill Gates sino los de Grace Hopper, la creadora de la programación moderna.
A lo largo de la historia muchas mujeres lo han arriesgado todo en nombre de la ciencia. Este libro cuenta la historia de algunas de estas científicas desde la antigua Grecia hasta hoy en día, que cuando se topaban con un no respondían: "Intenta detenerme". Algunos de los hitos más importantes conseguidos por mujeres son en 1903, cuando Marie Curie se convirtió en la primera mujer en recibir un premio Nobel, en 1947 cuando Marie Daly se convirtió en la primera mujer afroamericana que obtuvo un doctorado en Química o en 1963 cuando Valentina Tereshkova fue la primera mujer que viajó al espacio. En ese mismo año se aprobó en EEUU la ley de igualdad de retribución para hombres y mujeres, para frenar la disparidad salarial. La lucha continúa.
Esta colección de historias también contiene infografías sobre temas relevantes: equipos de laboratorio, tasas de mujeres científicas y un glosario científico ilustrado. Como decía la neuróloga y senadora italiana Rita Levi Montalchi "por encima de todo, no temas los momentos difíciles, de ello sale, siempre lo mejor" o cómo nos recordaba la física médica Rosalyn Yalow "Tenemos que creer en nosotros mismos o nadie más lo hará. Debemos culminar con éxito nuestras aspiraciones con competencia, valentía y determinación".
Desde mediados del siglo XX hasta el nuevo milenio ha habido un marcado incremento de científicas pero las mujeres siguen siendo representadas de manera insuficiente en estos campos. Esto va a cambiar. Hay niñas ahora mismo que cuando crezcan podrían curar el cáncer, explorar una nueva galaxia o incluso descubrir un nuevo tipo de energía. ¡Inspiremos a más niñas y mujeres asombrosas para que compartan su punto de vista con el mundo y realicen descubrimientos extraordinarios! No importa cual sea tu género, raza o formación porque todos podemos alcanzar grandes cosas.
Me encanta esta autora Rachel Ignotofosky porque hace accesible y divertida información densa, a través de sus resúmenes y dibujos. Su principal objetivo es inspirar a niñas y mujeres para que se dejen llevar por sus pasiones y sueños. Para ver más de su arte pedagógico y aprender más sobre ella, puedes visitar la web www.rachelignotofskydesign.com. Aunque es su primer libro, planea escribir muchos más en el futuro.
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