En esta ocasión, la pequeña de la casa pinta a su libre albedrío, sin un objetivo determinado y la mayor está reciclando y pintando una bandeja de cartón pequeña, de las que utilizan en las confiterías para embalar los dulces y que andaba por casa, esperando una utilidad concreta. Por fín, ya tiene una finalidad, servir de bandeja para su juego de rol preferido, su pequeña cocina en la que ella y su hermana son las chefs principales, que preparan y sirven la comida al resto de familiares o invitados de la casa. Para decorar la bandeja, está utilizando varias tonalidades de color. La está decorando como si de un cuadro se tratase. Primero ha hecho un rectángulo rojo para delimitar la parte central y ahora está pintando los bordes de diferentes colores.
Una vez pintada la bandeja, ha optado por decorar el marco interior de ésta, con lentejas, por lo que encola el rectángulo y se dispone a pegar las legumbres, lo que estimula su motricidad fina.
El resultado final es éste. Una vez decorada la bandeja con las lentejas, decide pintar el fondo blanco, con color verde.
Las láminas resultantes de la pequeña pintora de la casa son frescas, coloridas y originales. Tras un rato, mezclando y jugando con los colores, la niña se siente muy orgullosa de sus obras maestras. Sólo hay que dejar secar las pinturas al aire. Los resultados nos sorprenderán. ¡Una actividad sencilla, con la que disfrutan!
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