A la rica torrija

Teniendo en cuenta que el desayuno es la comida más importante del día, porque proporciona la energía necesaria para afrontar la jornada, os proponemos este desayuno calórico, pero rico, que encanta a padres y peques: torrijas caseras. Durante la semana, andamos más escasos de tiempo para prepararlas, puesto que los niños prefieren apurar su sueño y desayunar con más premura un vaso de leche con tostada, cereales o galletas, antes de ir al colegio y llegar con tiempo, en nuestro caso, a la parada del autobús. Por ese motivo, el fín de semana se convierte en el momento ideal para preparar  y disfrutar en familia, de la sobremesa matutina, con unas ricas torrijas: ¿Cómo las preparáis en casa? 




Nosotros aprovechamos el pan duro sobrante, lo remojamos en leche y después en huevo y a continuación, lo doramos en una sartén con abundante aceite y por supuesto, bien calentito. A veces, sólo remojamos los trozos de pan en huevo, sin hacer uso de la leche, ya que el huevo penetra bastante bien por los agujeritos del pan, quedando las torrijas bastante esponjosas, aunque en un principio pueda parecer lo contrario. De todos modos, a mí personalmente me gusta pasar las torrijas por ambos ingredientes: leche y huevo.
Una vez fritas, servimos las torrijas en una fuente y en vez de azucararlas todas de una vez, ponemos un plato con azúcar, para que cada comensal las reboce, conforme a su gusto. 



Sin duda, se trata de un desayuno estrella que nos hacer rememorar y añorar nuestra más tierna infancia. ¡Qué mejor manera de revivirla, que junto a nuestros hijos y con estos platos tan tradicionales y sabrosos! ¡A disfrutar, en familia, se ha dicho!


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