Modo de preparación
Para el relleno, sofreir en una sartén, con aceite de oliva virgen, dos o tres ajitos, que pico en trocitos pequeñitos, gracias al prensaajos, para que los niños no se encuentren ningún trozo grande de ajo, 1 lata de atún o de caballa, un par de huevos cocidos duros y tomate frito (quedan espectaculares con el de la marca Hida, que tiene una textura más natural, que los botes de tomate frito convencionales). También puedes añadirles pimiento, pero yo no lo suelo poner, porque a mis hijos, no les convence y luego les repite, en el estómago. Con una cucharada de postre ir rellenando las obleas, porque con una más grande, estilo sopero, se sale el relleno, como me ha pasado a mí con algunas empanadillas (cómo podéis observar en la foto). Una vez selladas éstas, con la ayuda de nuestros dedos, podemos prensar los extremos de las empanadillas, con un tenedor, para cerrarlas mejor y que queden con la marca clásica, de las empanadillas de toda la vida. Pincelar con un huevo batido para que queden más doradas y meter en el horno previamente precalentado durante unos 15 minutos a 180º C.
Y ya están listas, para hincarles el diente y disfrutarlas en familia. Otro día probaré con otros rellenos. Se me ocurren varios, como por ejemplo, espinacas con piñones y bechamel o jamón york y queso, a ver qué tal quedan, y si tienen el mismo éxito y cumplidos, que las que os presento en este post.
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