También se han empeñado en decorar los pomos de las puertas, la repisa de la chimenea y otros rincones de la casa, con calabazas de plástico, de las que se usan para pedir chuches, esqueletos y vampiros. Los cristales, con pegatinas de efecto electroestático, de Lidl, que las guardo de un año para otro y me sacan de más de un apuro.
Nuestros vecinos este año se han superado con una puerta de momia y una red de araña gigante en la fachada de la casa, con hilo y algodón y dos arañas gigantes, trepando por la tela de araña.
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