Cáceres de película

Una de las ciudades más cinematográficas que he pisado y disfrutado en toda mi vida, es Cáceres. No me extraña que aquí se hayan rodado escenas de Juego de tronos y la serie Isabel, La Catedral del Mar o Romero y Julieta. Es cómo viajar en el tiempo, a la Edad Media, cuando uno deambula por sus callejuelas. Los orígenes de Cáceres, como núcleo urbano se remontan al año 34 a.C. Era una de las cinco colonias más prósperas de la Lusitania, bien comunicada con la Vía de la Plata. Hay que diferenciar entre la ruta de la Plata, que une Sevilla y Mérida, y la Vía de la Plata, que es la que nos lleva a Santiago de Compostela, En el siglo XII se reconstruyen las murallas sobre sus basamentos romanos. Después se suceden las luchas entre árabes y cristianos, hasta la incorporación de la ciudad al reino de León el 23 de abril de 1229, con el rey Alfonso IX. A partir de esta fecha se comenzarán a construir palacios y casas solariegas en torno a dos núcleos: la plaza de Santa María y la de San Mateo, que alcanzarán su mayor esplendor en la época de los Reyes Católicos. Se puede conocer Cáceres, en varios formatos. Nosotros nos decantamos por la chica que llevaba la camiseta rosa y luego el precio de la visita era a voluntad; había otro señor con un zurrón rojo y luego está el típico espontáneo que se ofrece a hacerte tour y luego degustar jamón y queso, pero es extraoficial.Seguimos las recomendaciones oficiales de la Oficina de Turismo.


En la plaza de Santa María podemos destacar la iglesia-concatedral de Santa María, de estilo románico de transición al gótico, puesto que la Catedral está en Coria; el Palacio de Carvajal que actualmente alberga el Área de Turismo Provincial de Cáceres; el Palacio Episcopal, el Palacio del Mayoralgo, la Casa de Hernando de Ovando, el Palacio de la Diputación Provincial y el palacio de los Golfines de abajo, que presenta elementos típicos de la casa fortaleza gótica del siglo XV.


A continuación está la plaza de San Jorge, dedicada al patrón de la ciudad, en la que se levantó la iglesia de San Francisco Javier y el Convento de la compañía de Jesús, ambos de estilo barroco. En la parte alta de la ciudad, encontramos la iglesia de San Mateo, edificada sobre restos de la antigua mezquita árabe; el Palacio de las Cigüeñas, único al que se permitió conservar la torre completa, sin que sufriera el desmochamiento ordenado por Isabel la Católica, por el apoyo de la mayoría de las familias a Juana la Beltraneja, el Palacio de las Veletas, edificado en el siglo XVI, que conserva en su interior un espléndido aljibe árabe, del siglo IX. El primero está en Estambul. Es un espacio rectangular con arcos de herradura, dónde uno respira calma y paz y dónde no se puede echar monedas ni usar el flash. Alberga el Museo de Cáceres, dónde nos dieron un  juego con pegatinas para niños, y así se les hizo súper amena la visita. No hay que olvidar, el Convento de San Pablo, de estilo gótico, la Casa del Sol,del siglo XV, y la Torre y Casa de los Sande y el Palacio de los Golfines de Arriba, construido en el siglo XV como casa fuerte con torres en sus esquinas. Pero no sólo existían este tipo de familias nobles, diversas minorías dejaron también su propia huella, como los judíos, con la "judería vieja" y los mudéjares, como la Casa Mudéjar del siglo XIV.
La gastronomía cacereña contiene recetas legadas por los romanos, los árabes y los judíos, que se mezclan con las recetas de la cocina tradicional española, creando una auténtica cocina de fusión de culturas, a lo que se suma además la influencia de la cocina portuguesa y conventual. Mención aparte merece la artesanía, dónde se trabaja la cestería, en el norte, utilizando como materia prima el castaño; en la zona de Hervás se hacen muebles y artículos de piel y el corcho, en Valencia de Alcántara, Malpartida y Cáceres. 
Cáceres es ciudad patrimonio de la humanidad y está incluída en la red de juderías de España "Camino de Sefarad" Sin duda, volveré para perderme o quedarme. 


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