Una de las actividades más socorridas para hacer junto con nuestros pequeños son los puzzles, que sin duda, estimulan la concentración, el pensamiento lógico y las aptitudes para la resolución de problemas, puesto que enseñan al niño como distintas partes funcionan conjuntamente para formar un todo. Mientras gira las piezas del rompecabezas para que encajen en las ranuras adecuadas adquirirá conciencia de las relaciones espaciales.
Tenemos puzzles bidimensionales de cartón, que nos han regalado, los típicos de toda la vida, que versan sobre sus series de dibujos animados favoritas y que les ayudan a reforzar, por ejemplo, los números y los colores, entre otros conceptos, pero los que más gustan a mis peques son los puzzles cubo, los que tienen forma de cuadrado con 6 caras y 6 posibilidades de puzzle, por tanto. Lo bueno de estos puzzles es que el marco del puzzle viene marcado con diferentes colores. Así el pequeño, según la imagen fragmentada a recomponer, traza primero el marco del puzzle, pues cada imagen va asociada a un color determinado, lo que facilita su resolución. Las dos piezas centrales no van marcadas con ningún color lo que requiere más atención y tiempo para dar con la imagen correcta. En casa tenemos sólo dos rompecabezas en cubo temáticos, uno sobre Blancanieves y los siete enanitos, y otro, sobre Bambi. Cada imagen está fragmentada en 12 piezas, aunque he visto en tiendas y a través de otros amigos puzzles en cubo de 9 piezas y de 6 piezas, en función de la complejidad del puzzle y de la edad del niño.
Mis hijos disfrutan jugando con los puzzles y lo que considero más importante, es que cuando consiguen completarlos, experimentan una sensación de logro y orgullo al realizar una tarea por sí mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario