Lo que más me gusta de este día de la madre, son los detallitos, que con todo amor te hacen tus hijos para felicitarte este fantástico día.
Gabriela me ha hecho un collar de flores de papel, dentro de un envoltorio cuadrado con el letrerito ¡Felicidades mamá! y un pergamino con un lindo mensaje.
Pedro, un monedero de entretela naranja y una flor de papel.
No se ha olvidado tampoco de las abuelas más guays, con una huella amarilla de su mano y pegatinas de florecitas de colores. El mes de mayo, es el mes de las flores, por antonomasia.
Y por último, Leonor, como en el cole no han hecho nada, me ha hecho un frasco de la calma con purpurina para que controle mis momentos de ira, respire hasta tres y agite la purpurina del tarro para quedarme ensimismada mirando cómo brilla, y otro tarro con mensajitos preciosos Bondadosa, Eres un cielo, Te quiero mamá, escondidos entre cuentas de colores. Cuando esté de bajón, sólo tengo que sacar uno de estos mensajitos y seguir luchando cómo hasta ahora, por estas cuatro bendiciones de hijos.
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