El libro está escrito por el periodista y guionista J. M Hernández Ripoll y el autor Aro Sáinz de la Maza.
De los relatos que más me han gustado ha sido el de Cuba, contado por Amado Fernández Sáez, hermano de la cantante Lucrecia, y que se llama El mayor castigo. El poema del niño que se portó mal. Es la única aportación en verso presente en este libro, que nos da una idea de lo importante que es la musicalidad en la forma de ser cubana.
El mayor castigo que me puedes dar,
¡no será mamita prohibirme jugar!
Qué me importa el juego si me he portado mal.
El mayor castigo que me puedes dar,
¡no será mamita mandarme a acostar!
Buen amigo el sueño, si me he portado mal.
El mayor castigo que me puedes dar,
¡no será mamita dejarme sin cenar!
No tengo apetito si me he portado mal.
Pero si me dices no te quiero más,
¡entonces mamita me pondré a llorar!
Otro cuento que me ha impactado es el contado por la tailandesa Saowporn Nakarungsu sobre la historia de una pequeña luciérnaga, un cuento típico de su país que leyó cuando era niña, y que puede entenderse como una metáfora que nos dice que cada uno brilla a su manera y con luz propia.
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