El arroz a la cubana es uno de los platos preferidos por nuestros pequeños en casa. Para hacer más vistoso y llamativo el plato, a nuestro jefe de la tribu, se le ocurrió decorar el contenido y hacerlo más apetecible. Normalmente siempre rellenamos un vaso, más grande o más pequeño, con la cantidad de arroz blanco, que nos vayamos a comer y lo volcamos sin más, haciendo una montañíta, y acompañándolo de un huevo frito con su tomate. Esta vez se nos ocurrió jugar, experimentar y hacer nuestra comida más amena, utilizando varios moldes que tenemos en la cocina: en forma de estrella, cuadrado y triangular. Los niños participaron en la decoración y al hacerlos partícipes de esta tarea, les resultaba mucho más apetitoso el plato. Nuestra hija mayor tiene una gran predisposición hacia el arte y siempre suele extrapolar lo artístico a todas las parcelas de su vida. La cocina contribuye mucho a fomentar esa creatividad e imaginación desbordante, que posee de forma natural, a raudales y nosotros cómo no, potenciamos ese don natural que posee.
En el primer plato, diseñamos una estrella de arroz, con una luna y nube de tomate y un sol de huevo.
En el segundo plato, dispusimos la estrella sobre un lecho de tomate.
En el tercer plato, hicimos una nube cuadrada de arroz sobre un cielo rojo y arriba el sol, agazapado entre las nubes de tomate rojo
Y por último, el cuarto plato, es un barquito navegando sobre el mar rojo e iluminado por un sol abrasador. Hemos desdibujado los rayos de ese sol de justicia, con más tomate.
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